Uno de los grandes retos de la comunicación en medios digitales es conectar con la audiencia para que el mensaje que se les quiere hacer llegar les llegue de manera efectiva y reduciendo al máximo las interpretaciones que puedan distorsionarlo. A veces, se desea que existiera una aplicación que garantizara lograr este objetivo. Y si bien, no se trata de una aplicación como tal, sí existe una forma de empujar ese objetivo: la ortografía.
La ortografía no es una cárcel restrictiva donde se pone a las palabras y sólo pueden ser usadas de esa manera, sino que es una forma de organizar la comunicación escrita para que las palabras tengan una representación unificada que funcione para que todos los que conozcan el español compartan un mismo código con signos reconocibles y comunes a todos.
La lengua es una convención
En cierta manera, la ortografía equivale a los carriles de una gran avenida. Cuando esos carriles, por alguna razón, no están definidos, la circulación se vuelve caótica y los accidentes aumentan. En cambio, cuando están claramente especificados y se respetan las convenciones establecidas para su uso, como usar las direccionales para avisar que se quiere cambiar de carril, por ejemplo, la circulación es fluida, se reducen los tiempos de traslado y la experiencia del viaje es placentera.
Cabe destacar la palabra “convenciones”, porque en efecto, la ortografía, como la lengua en sí, es fruto de una convención; de un acuerdo que compartimos todos los hablantes de una lengua para llamar de cierta manera a un objeto; construir de cierta manera las oraciones, utilizar determinada grafías, etc. Obviamente, los términos de esa convención los adquirimos prácticamente sin darnos cuenta en la infancia y los consolidamos durante los años en la escuela sobre todo en lo concerniente a la expresión escrita.
Esa convención por supuesto que no está cincelada en piedra; al contrario, se trata de una realidad cambiante y viva. Cada día surgen nuevas palabras que lentamente se van incorporando a la forma en la que nos comunicamos los que formamos la comunidad de esa lengua en específico. De esta manera, la lengua cambia, evoluciona y se enriquece.
En cuanto a la lengua escrita esa convención, y a su vez, va de la mano con encontrar cuál es la manera en la que esas palabras deben representarse gráficamente para que todos las reconozcamos y las entendamos, para que las usemos igual porque son las que ayudan a que esas palabras resulten comunicativas.
La ortografía es tu aliada
Conocer la ortografía es conocer cuáles son las convenciones vigentes, los acuerdos tácitos que hemos adoptado para circular en las carreteras de la comunicación, es cumplir con el mandamiento de la lengua. Por eso, precisamente en los medios digitales es tan importante respetar las reglas ortográficas porque así le damos a nuestro mensaje el mejor vehículo y lo ponemos a circular en el carril correcto para llegar de forma segura y rápida a quien va dirigido.
Los mensajes escritos que respetan la ortografía son mejor recibidos e interpretados por la audiencia, incluso, sin notarlo. Porque la ortografía también se parece a la limpieza, su ausencia es muy molesta; causa reacciones negativas y rechazo, en cambio, cuando un lugar está limpio, ordenado y armonioso simplemente se disfruta el estar ahí.
Por eso, si quieres que tus mensaje llegues, sea apreciados y valorados haz de la ortografía tu mejor aliada, ella te conecta con su audiencia con las palabras y más allá.