Seguramente has escuchado la frase: ‘tengo una imagen que cuidar’. Cuánta razón existe en el significado de estas palabras, sobre todo si tienes una empresa a la cual debes dotar de identidad corporativa.
No importa en qué giro estés incursionado, recuerda que tu negocio se convertirá en una marca, y como tal, necesitará toda una serie de elementos que la construyan, posicionen y conviertan en referente para tus trabajadores y clientes.
Quizá ya estás pensando en una gran estrategia publicitaria para dar a conocerte, pero antes de aventurarte a la difusión de tus productos o servicios, es importante que puedas definirte al interior, es decir, fijar claramente tu identidad corporativa.
Una definición
Hasta el momento hemos hablado sobre la importancia que tiene la identidad corporativa para tu negocio, sin embargo, quizá no ha quedado del todo claro qué implica este concepto.
Se conoce como identidad corporativa al conjunto de elementos que se relacionan directamente con tu marca, es decir, desde el nombre, misión, visión, valores, logo, hasta las creencias y experiencias que como empresa quieres comunicar al interior y al exterior.
En otras palabras, se refiere a cómo la marca se visualiza a sí misma y qué es lo que piensan de ella los demás.
Construyendo la identidad corporativa
Antes de aventurarte a revelar tu marca ante el mundo, primero necesitas definir tu empresa al interior y asegurarte de que cada integrante reconozca dicha identidad y forme parte de ella.
Para lograrlo es indispensable que te preguntes:
- ¿Quién soy?
- ¿Qué hago?
- ¿Qué no soy?
- ¿Hasta dónde quiero llegar?
Con base en tus respuestas podrás fijar y redactar tu misión, visión y valores; además, encontrarás las palabras clave para darle un nombre ingenioso a tu compañía, así como los conceptos para trabajar en un logo y eslogan.
Del mismo modo, deberás elegir una línea editorial y comunicativa, con el fin de que la identidad corporativa interna y la imagen externa tengan concordancia, unificando los esfuerzos en uno solo que solidifique tu marca en el mercado.
Una vez que hayas definido perfectamente la proyección interna de tu marca, estarás listo para trabajar en la imagen exterior.
Cómo proyectarla
Todo está listo tras bambalinas, es hora de darte a conocer. ¿Cómo hacerlo?, bueno, aquí es importante la diversificación, es decir, que al interior de tu empresa la identidad corporativa se refleje visualmente, en el discurso y la actividad diaria.
Por ejemplo: en toda la papelería (facturas, tarjetas de presentación, hojas membretadas, folders…), en los procesos de trabajo, en la forma de comunicarse entre los trabajadores, etc.
Será de suma importancia que puedas recapitular todos estos elementos en un manual de identidad corporativa, mismo que deberá circularse entre los trabajadores para que todos comprendan la filosofía bajo la cual se trabaja.
Después de toda esta labor, estarás listo para mostrar tu marca al público, pero esa será otra historia llamada ‘imagen corporativa’.
Nunca es tarde para definir o redefinir tu identidad corporativa, así como buscar ayuda de expertos en marketing para que juntos puedan lazar tu marca al mercado.